Un fotógrafo también dispara a matar, quizá no balas pero sí verdades y, a veces, esas duelen más. Ser fotógrafo es estar al acecho de la presa. Un día el obturador se convirtió en el gatillo que no deja escapar el tiempo, los cambios o a la sociedad; por eso una imagen vale más que mil palabras… porque ellas no engañan, aprisionan y no dejan espacio para ocultar las verdades de la vida.
Sebastião Salgado es un francotirador de la imagen y eligió la cámara como arma para mostrar al mundo las situaciones de vida en países pobres. Las imágenes de Salgado dicen tanto que fue acusado, por periodistas del New York Times, de utilizar de manera cínica y comercial la miseria humana.
El trabajo del brasileño se caracteriza por imágenes en blanco y negro, con altos contrastes. Economista de profesión, Salgado comenzó su carrera como fotógrafo en la agencia Gamma, con sede en París, pero en 1994, después de unirse a Magnum Photos, formó su propia agencia: Amazonas Images, en la que presenta su trabajo como fotografía sociodocumental. En sus imágenes, la documentación del trabajo de personas en países subdesarrollados o en situación de pobreza son una constante.
En 2004, Sebastião inició el proyecto: Genesis, una serie de fotografías que muestra la cara “manchada” de la naturaleza y la humanidad, una cara sucia de injusticia y trabajo interminable. Estas imágenes pertenecen a paisajes industriales y de la vida salvaje, así como de las comunidades que viven de acuerdo con sus tradiciones y culturas ancestrales. Su trabajo en esta serie se concibe como el camino en el que la humanidad se redescubre con la naturaleza.
Junto a su esposa, Sebastião creó el Instituto Terra que está dedicado a la reforestación de una parte del bosque de Brasil, en éste, además de la conservación forestal, se da educación ambiental para no cometer los errores del pasado en materia ecológica.
Sebastião tiene siete libros de fotografías publicados: Éxodos, Terra, La mina de oro de Serra Pelada, La Mano del Hombre, Otras Américas, Sahel: l’Homme en Détresse y Les Hmongs; en cada uno de ellos, Salgado llena las hojas en blanco con fotografías que siempre dejan algo qué decir, a pesar de no tener armas para revocar lo que las imágenes muestran.
Sebastião Salgado es un francotirador de la imagen y eligió la cámara como arma para mostrar al mundo las situaciones de vida en países pobres. Las imágenes de Salgado dicen tanto que fue acusado, por periodistas del New York Times, de utilizar de manera cínica y comercial la miseria humana.
El trabajo del brasileño se caracteriza por imágenes en blanco y negro, con altos contrastes. Economista de profesión, Salgado comenzó su carrera como fotógrafo en la agencia Gamma, con sede en París, pero en 1994, después de unirse a Magnum Photos, formó su propia agencia: Amazonas Images, en la que presenta su trabajo como fotografía sociodocumental. En sus imágenes, la documentación del trabajo de personas en países subdesarrollados o en situación de pobreza son una constante.
En 2004, Sebastião inició el proyecto: Genesis, una serie de fotografías que muestra la cara “manchada” de la naturaleza y la humanidad, una cara sucia de injusticia y trabajo interminable. Estas imágenes pertenecen a paisajes industriales y de la vida salvaje, así como de las comunidades que viven de acuerdo con sus tradiciones y culturas ancestrales. Su trabajo en esta serie se concibe como el camino en el que la humanidad se redescubre con la naturaleza.
Junto a su esposa, Sebastião creó el Instituto Terra que está dedicado a la reforestación de una parte del bosque de Brasil, en éste, además de la conservación forestal, se da educación ambiental para no cometer los errores del pasado en materia ecológica.
Sebastião tiene siete libros de fotografías publicados: Éxodos, Terra, La mina de oro de Serra Pelada, La Mano del Hombre, Otras Américas, Sahel: l’Homme en Détresse y Les Hmongs; en cada uno de ellos, Salgado llena las hojas en blanco con fotografías que siempre dejan algo qué decir, a pesar de no tener armas para revocar lo que las imágenes muestran.